Realidad alterada

Realidad alterada” representa la visión que tengo de la vida y que intento plasmar en cada una de mis obras. Todo un cúmulo de sensaciones que me rondan y transitan por mi mente, traducidas después a mi pintura, a ese ejercicio de búsqueda constante que, partiendo de un mundo figurativo, se desprende poco a poco de su propia realidad persiguiendo otras presencias.

En un primer momento, de forma reiterativa, he pretendido inmortalizar mis pilares fundamentales, representados por los protagonistas del espacio en que respiro: mis hijos. Ellos son los referentes de una época que plasma en mi pintura el afán por desprenderme de toda la lectura previa y de centrarme en lo fundamental.

Mi camino actual, sin embargo, va tomando su rumbo hacia una liberación del motivo, asomándose al vuelo de un sentir más pictórico, gestual y expresivo. Tal seducción pictórica equilibra el peso de la figuración y la apuesta de la interpretación queda abierta en algunas de las obras, estableciendo un diálogo directo entre el espectador y lo representado.

Interpretar es preguntar. No solo saber cómo hablar o escuchar, sino sobre todo cómo hacer hablar. Es todo un ejercicio de persuasión, en el que técnica y contenido aúnan fuerzas para que el espectador converse con la obra.
A pesar de todo ello, reconozco que el sentido de mis propios referentes me atrapa a la hora de pintar figuras conocidas, en las que me recreo tratando de registrar cada detalle de sus rostros. Creo que mis sentimientos hacia esas personas me incitan a emular la realidad.